En ocasiones anteriores ya hemos hablado de la intergeneracionalidad, no solo con motivo del día europeo de las relaciones intergeneracionales (29 de abril), sino otros como la conferencia de Ismael Arnaiz, en “intergeneracionalidad en estado puro”, al hablar del Viacrucis de Balmaseda o más recientemente hablando de la experiencia “gure aiton-amonak” del municipio de Gueñes.
Hoy traemos una interesante entrevista que nos ha concedido Mariano Sánchez Martínez, profesor de sociología de la universidad de Granada.
Mariano lleva más de 15 años trabajando el envejecimiento y sobre todo la intergeneracionalidad.
Aprovechando su estancia en Bilbao como profesor en master de gerontología de la universidad de Deusto, hemos querido que nos hable de esto de la intergeneracionalidad.
Para ello, le hemos pedido que nos defina que es la intergeneracionalidad. Nos responde el profesor Sánchez que el ser humano por naturaleza es intergeneracional y que una característica de esta intergeneracionalidad es la interdependencia que nos une.
Hablamos por tanto de la conexión de las personas a lo largo del ciclo vital.
Para que exista intergeneracionalidad han de existir al menos dos generaciones y tiene que darse interacción entre ellas.
El alargamiento de la esperanza de vida ha contribuido a que la potencialidad de que se den relaciones intergeneracionales sea cada vez mayor, pero a la vez el tamaño de las relaciones más directas de cada persona se ha restringido debido a que te relacionas con menos gente pero durante más años.
Nos deja planteada una pregunta ¿cómo debemos hacer para vivir más tiempo con personas de otras edades?
La intergeneracionalidad no puede ser aprovechada para esgrimir argumentos que justifiquen aspectos de la actual crisis económica. Los efectos del fenómeno del envejecimiento ni pueden ni deben ser clasificados como problemas sociales, al contrario, son un logro que generan efectos nuevos a los que debemos dar respuesta.
Mariano Sánchez nos habla de las líneas que se vienen investigando en esta materia a nivel internacional, que califica de momento como incipiente. Resaltan dos, por un lado los estudios familiares, y por otro el de las relaciones extra familiares, que es el que verdaderamente esta incipiente.
Centran sus pasos en ver cómo potenciar las relaciones intergeneracionales, pero faltan es darle vueltas a la definición del concepto y se han desarrollado pocas evaluaciones de los programas intergeneracionales y pocos estudios longitudinales.
Hay que investigar como la intergeneracionalidad impacta en las cuestiones de capital social.
Hemos hablado con el profesor Sánchez qué papel juega la intergeneracionalidad en el envejecimiento activo. Recordemos que el envejecimiento activo no contempla la intergeneracionalidad como pilar pero si es un aspecto a tener en cuenta cuando hablamos del concepto.
Y para finalizar nos deja planteada una interesante reflexión sobre si las relaciones intergeneracionales son siempre interpretadas en positivo y eso no tiene por qué ser siempre así. Hay veces que serán positivas para quienes participan y otras no.
La intergeneracionalidad a la hora de aplicarla no es un modelo nuevo, una forma nueva de aplicar programas…. no, es una perspectiva que debe estar presente a veces de una manera más intensa y otras menos, pero siempre presente.